La movilidad en América Latina se encuentra en un momento de cambio y evolución. A medida que la región enfrenta problemas de congestión de tráfico, contaminación del aire y un creciente número de vehículos privados en las ciudades, cada vez son más las ciudades y gobiernos que buscan implementar soluciones sostenibles para mejorar la movilidad en la región.
Una de las tendencias más prometedoras es el aumento del uso de vehículos eléctricos (EVs). Según un estudio realizado por la Asociación Internacional de Fabricantes de Vehículos Eléctricos (Avere), se espera que en 2025 haya un total de más de 3 millones de vehículos eléctricos en circulación en la región. Esto se debe en gran parte a la creciente disponibilidad de modelos de bajo costo y a la implementación de políticas gubernamentales para fomentar su uso, como incentivos para la compra de EVs y la instalación de puntos de carga públicos.
Otra tendencia en aumento es el uso de transporte público de alta capacidad, como tranvías y trenes de alta velocidad, para conectar las áreas metropolitanas y reducir la congestión del tráfico. Por ejemplo, en Brasil, el Gobierno ha anunciado planes para construir una red de trenes de alta velocidad para conectar las principales ciudades del país. En México, el Gobierno federal ha invertido en proyectos de transporte masivo, como el Sistema de Transporte Colectivo Metro en la Ciudad de México.
En cuanto a la movilidad en las ciudades, una tendencia en aumento es la implementación de sistemas de bicicletas compartidas, los cuales permiten a las personas alquilar bicicletas en diferentes puntos de la ciudad. Estos sistemas ayudan a reducir la congestión del tráfico y la contaminación del aire en las ciudades y promueven una forma más saludable de desplazarse.
En conjunto estas tendencias y tecnologías, a corto plazo, están ayudando a mejorar la movilidad en países latinoamericanos y a crear un futuro más sostenible. Se espera que continúe evolucionando hacia soluciones más sostenibles en los próximos años. Sin embargo, para lograrlo, es necesario abordar los desafíos actuales, como la falta de infraestructura adecuada y la implementación de políticas públicas sólidas. Con el apoyo adecuado, se espera que estas tendencias prometedoras contribuyan significativamente a un futuro más sostenible en cuanto a movilidad para América Latina.